viernes

No he ganado

No he ganado el concurso al que presenté "El Sr A." Ninguno de los concursos a los que lo presenté. (En uno había 3 premios y 25 accésit. Ni siquiera uno, uno pequeño.) Posibles conclusiones:
- El mundo no está preparado para "El Sr. A."
- "El Sr. A." es un impresentable
- Va a ser como "La conjura de los necios"
- Escribo porque no lo puedo evitar. Lo hago por y para mi. No podría no hacerlo. Me da igual que me lean.
- Yo sé que es un clásico inédito, me da igual lo que opine el resto.
- En fin, ¿que le voy a hacer?

(Mientras voy recogiéndome, aparece mi lado asocial, más desaliñado que el otro y grita)
¡Hijos de perra sarnosa!
¡Ojalá la almorrana se os estalle y acabeis con el ano necrosado!
¡Folladores de moscas!
(Mucho mejor, ahora me encuentro mucho mejor. Vuelve a aparecer mi yo más arreglado. El que se mete la camisa por dentro y sería completamente incapáz de este estallido tourotico)

miércoles

¿Por qué lo haces? Porque puedo

Hay cosas que no puedo hacer: - no puedo tirar la bomba atómica sobre ningún territorio, - no puedo ordenar el exterminio de ningún grupo, - ni siquiera ser tán punky de acabar una primera cena con George Clooney tirándome un pedo. Por lo tanto no estoy mal, no soy una mala persona (y estoy bien educada). Es obvio que la bondad no puede depender de lo que no se puede hacer. El malo es una buena persona que sí puede.
Conocí a un tipo, un alto ejecutivo de una gran empresa, que contaba con satisfacción que había subido el precio del peaje de una autopista un 9% de un año a otro porque "podía hacerlo", el contrato se lo permitía, podía ganar más dinero con el mismo servicio, su único merito consistió el leerse en contrato. (La autopista estaba en Canadá, supongo que los canadienses deben estar muy contentos de que sepa leer).
Un bancario contaba que para cobrar más por las transferencias iban a probar cobrando al destinatario que va a retirar su efectivo. De esta forma su cliente no se enteraba y el otro no podría evitarlo así que "podía hacerlo".
Una amiga me decía que pagaba 6€/hora por limpiar su casa, eran 4 primas que se habían unido contratando a la misma persona. De esta forma podían pagar 6€/hora, supongo que la persona que limpiaba no podía permitirse 4 trabajos menos y no creo que tuviera tiempo para buscar otro: podrán seguir haciéndolo.
La bondad se define por todo lo que puedo hacer y no hago: puedo sodomizar a mis sobrinos y no lo hago, puedo matar perros y gatos y palomas y gorriones y no lo hago, puedo pagar 6€/horas y no lo hago, puedo ser borde con el que se me acerca y lo hago, puedo juzgar a los demás y lo hago, puedo... y no lo hago. ¡Soy una buena persona! (me voy mucho más tranquila)

sábado

Haciendo tiempo















¿Estás sola?

Estoy en Valencia, un lunes, por trabajo, me doy una vuelta y me voy a cenar. No me atienden a pesar de que no hay casi nadie. Se me acerca una chica y me pregunta:
- ¿estás sola?
- Sí
Me dice que espere. Se me acerca otro camarero:
- ¿Mesa para cuantos?
- para uno.
- Espere un momento. (Espero) Siga a esta chica.
Obediente la sigo. El restaurante sigue casi vacío pero la mesa que me da está en el piso de arriba, al final de la escalera, en el pasillo. Me siento, alguien más me pregunta
- ¿Solita?
Una guapa y sonriente camarera. Pienso si debo contestarle que este estado es algo circunstancial, que normalmente estoy acompañada, que tengo amor, familia y amigos pero que ahora mismo estoy sola en Valencia, hasta mañana que volveré a Madrid a mi ruidosa vida acompañada. Le contesto:
- Si, sola.
LLega otro camarero y antes de retirar el otro plato me pregunta:
- ¿No va a venir nadie más?
- No, se lo juro. ¿Podría cambiarme a la mesa que está junto a la ventana?
- Lo preguntaré
Después de preguntarlo:
- No, está reservada.
Me gustaría decirle que no le creo, que me dejan en esta para ocultarme al exterior, para que otros posibles clientes no crean que es un restaurante de solos, aburridos y deprimentes. Y preguntarle si me cambiaría de mesa si prometo sonreír... constantemente. Creo que eso empeoraría las cosas, ¿que pensarías si vieras a alguien cenando solo con una sonrisa constante? Que está como las maracas.
Le dan mi mesa a dos chicas de unos veinte años, no me creo que hayan reservado, nadie reservaría a los 20 años un lunes. En plan Tourette, grito para mis adentros:
- ¡Hijos de putaaaaaaaaa!
Mi mesa, en el pasillo, con vistas a una viga de donde cuelga un oleo de un payaso triste. Un tal Cremades pretende cobrar 80€ por el payaso, yo tanto no, pero si que le daba 5€ por romperlo en la cara del camarero que me dijo que la mesa está reservada, mientras prendia fuego al local. Yo sola, solita.

¿Me ves?



Soy el 234º a la derecha empezando por abajo a la izquierda.
¿Me ves? ¡Ese sí, ese...! No, ese no, ese es Roberto.

viernes

¡Dadme un punto de apoyo!

..."y moveré el mundo" No sé si soy capaz de moverlo (¡espero que sí!) pero me falta ignorancia para creer que algo está técnicamente bien y me falta conocimiento para hacerlo bien. Como el Adriano de Yourcenar, "los dioses han muerto y dios no ha nacido todavía" (hable de lo que hable acabo hablando de dios).
Cada paso que doy me produce vértigo, no hay juventud que lo justifique ni genio que lo avale (otra vuelta sobre la misma idea)
Ahora ya hay que mover pieza, no hay más huevos, he esperado hasta el último momento, he levantado expectativas, he recibido el apoyo ¿y ahora qué? Y ahora: Yo.
(Incluso yo me froto las manos mientras me repanchingo en el sofá esperando que empiece lo bueno)
(Fundido en negro, en vez de empezar algo se oye un diálogo con mi otro yo. Uno de ellos. El más bajito.)
- ... Dudo.
- ¿cómo puedes dudar...?
- Dudo
- Ya no hay más dudas, ya está, es lo que has dicho, has esperado hasta el final, no hay más huevos...
- ¡No tengo los huevos! los he perdido, no sé dónde están.
- ¿Cómo que no tienes huevos? ¡Claro que los tienes! Estás nerviosa, tranquilízate.
- No, perdí el tren. Uno se lanza a los 20 porque es inconsciente y no tienen nada que perder y durante los 30 mejora la técnica pero yo no sé dónde estaba a los 20 y ahora soy demasiado consciente y mi técnica no está depurada. ¡Ni siquiera sé cómo educar a mi hijo!
- ¿Qué hijo? ¿de qué hablas? No tienes ninguno. No mezcles.
- ¿Que no mezcle? ¿Cómo no voy a mezclar si esta todo dentro de mi? yo soy la batidora.
- Pues no batas. Mira, como yo lo veo: ...Imagínate un primer plano de unos ojos de padre ilusionado que anima a su hijo: ¡Vamos, muy bien! ¡Ten cuidado con es... Así, eso, muy bien! se abre plano y el padre es mayor y el hijo tiene 35 tacos.
- ¡Oh! gracias. Uno nunca agradece suficientemente a un amigo que le diga la verdad. Sobretodo cuando le pone un ejemplo gráfico. No voy a ser ninguna excepción: no te lo voy a agradecer.
- Sería mucho más fácil mentirte y jalearte. Tu querías saber lo que pensaba de ti.
- ¿Yo quería eso? Supongo que pensaba que sería muy bueno.
- ¡Equivócate, pero hazlo!
- ¿Pero soy buena? ¿tu crees que soy buena?
- No sé lo que eres. Pero estoy esperando y eso es una buena señal, pero no hay certezas, no hay puntos de apoyo fijos, todo el universo es movil.

miércoles

¡Estrenamos!

Cada risa, cada aplauso... Me llenaron. Me llenaron de felicidad. Especifico: de esa felicidad concreta y puntual que produce la satisfacción con uno mismo. La que sólo se consigue cuando uno tiene un proyecto y lo lleva a cabo tal y cómo lo había imaginado. Cuando uno realiza sus deseos y no por suerte sino por trabajo, constancia, dudas...

En el momento que empezaron las risas supe que todo iría bien, que ya estaba y que estaba bien hecho, pero hasta entonces... Hasta ese segundo: todo lo que había podido ir mal aprovechó para ir peor (uno de los actores no me hablaba, uno de nosotros tenía que hacer las luces, el vídeo no funcionaba, tampoco el audio, el portatil se quedaba colgado, sólo hicimos 3 ensayos...)

¿Qué es lo que hace que uno no se rinda?
1.La certeza
Mientras ensayabamos la obra, leí cosas sobre Colón y los motines antes de llegar a la costa. Vi la película de "Aguirre o la Cólera de Dios"... gente que tiene un proyecto y se mantiene en él a pesar de las dificultades a pesar de que todo indica que lo deje, que abandone... (No me comparo con Colón, ni con Aguirre pero la obra insignificante del hombre medio genera menos literatura) ... Pensé: el quid de la cuestión es no dudar del proyecto: pero eso es imposible, si el proyecto requiere mucho tiempo y se van presentando dificultades las dudas aparecen. No me creo que Colón no se dijera en la intimidad de su camarote: "pero cómo va a ser redonda: idiota. Lo único redondo son tus huevos de mameluco"
2. El merito
El tópico de película de media tarde sobre el esfuerzo recompensado y toda esa mierda. Eso es cursi, no es cierto y es un mínimo.

Los humanos antes del estreno

viernes

¿Continuar?

¿Por qué hay que continuar? - ¡Vamos sigue luchando! - le dicen al púgil que ciego mancha de sangre a los jueces mientras le golpean en cámara lenta la mandíbula y ves como su cabeza se desplaza de noroeste a sureste. - ¡Tú puedes! - (esto último también puede estar a cámara lenta)

En ese momento, no sabe porqué está en el cuadrilátero, porqué coño se subió al ring, porqué un tío en calzoncillos de raso le está dando una paliza. ¿El desahucio? ¿su madre enferma? ¿El futuro de su hijo? ¿el cochazo? ¿la dignidad? ¿la fama? ¿Entonces qué mecanismo le hace continuar si no recuerda que diablos hace ahí?

Otra duda es ¿Por qué sus amigos le jalean para que continúe? ¿Creen que se librará de un cerebro de hamburguesa? ¿Creen que la paliza es reversible? ¿acaso alguna buena paliza lo es es?

Tras la paliza sucede... lo peor. Lo que vimos acercarse a nosotros, pedirnos asiento, arreglar su chaqueta para sentarse y sonreirnos ligeramente antes de ocuparse de la pelea. Sucedió.

El trozo de cerebro que le queda lo utiliza para recordar todo el combate. Todo particularizadamente. Sus movimientos, cada uno de los golpes, la mirada del contrario... Nunca concluye:
- "Debí dejarlo. No lo podía ganar"
¡Claro! ¡sólo le queda un cuarto de hamburguesa!

No piensa en los motivos, ni los recuerda, pero cada vez que vuelve a recorrer el cuadrilátero tiene que continuar, tiene que seguir luchando.
Casi todo se hace por los resultados y él siempre sabe que no tiene muchas posibilidades pero se mantiene. Una y otra vez se levanta. Debe pelear, porque si se para estaría muerto, como un tiburón.

jueves

Lo diminuto, lo atomico, mi vida

Cualquier fracaso es muy duro pero fracasar en lo pequeño es ridículo y cansado, muy cansado.

Me ahogo en el vaso de agua que es mi vida y lo realmente malo es ser consciente de su enanez.